Las acciones humanas han sido analizadas durante siglos. Sartre dijo: «el hombre es lo que hace», y esto es especialmente relevante en el mundo del emprendimiento y las finanzas. La forma en que tomamos decisiones financieras sigue un patrón: analizamos nuestra situación, proyectamos el futuro y evaluamos alternativas.

Sin embargo, un estudio reciente muestra que este proceso no es seguido de manera perfecta. En Ecuador, por ejemplo, el 32% de las personas se enfoca en describir la situación, mientras que un 47% se dedica a planificar. Solo el 21% toma decisiones rápidas y ejecutadas, lo que puede generar una «parálisis por análisis».

Para mejorar este aspecto, se recomienda un enfoque más práctico en la educación financiera, utilizando simuladores y estudios de caso para fomentar la toma de decisiones reales. A medida que la inteligencia artificial avanza, los humanos debemos enfocarnos en desarrollar habilidades como la innovación y la resolución de problemas complejos.

En resumen, las decisiones financieras exitosas no solo dependen de planificar bien, sino de actuar con rapidez y adaptarse al cambio. Solo así podemos ser más eficientes en el mundo.